Sólo ellos podían decir esas ñoñeces con esa clase y quedar como señores. Qué redondez, por favor. Les quedan perfectas. Y reivindicar la figura de George Harrison. Muchas melodías y arreglos "florales" eran suyos. Para cuando los demás integrantes de la banda se daban cuenta del problema, él ya tenía la solución.
Uno de esos días en los que me apetecía una de los Beatles.
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