Hubo una época en que la actitud y la frescura eran lo mínimo exigible a una banda. Había algunas bandas que incluso sabían tocar. Ahora es exactamente lo contrario. Nadie se sube a un escenario sin ser virtuoso, pero nadie se sale del troquel. Me ha encantado The Scabs. Sé que nadie leerá esto, pero me da igual.
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