Josetxo Ezponda tenía demasiado talento y demasiado glamour para la sociedad de borregos lobotomizados que padecemos. Unos nos limitamos a existir civilizadamente y otros se torturan por este hecho. Josetxo era consciente de sus cualidades, pero también era un gran incomprendido. Gustarse a sí mismo es la única manera de gustar a los demás decentemente. Y a Josetxo no le fue bien, pero no por culpa suya. Le echamos de menos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario